A partir del año que viene empezaremos a encontrar cambios al menos en la forma en que etiquetamos algunos productos. Conoceremos las posibilidades que tienen de ser reparados, el coste que puede tener y la posible vida útil de un dispositivo
Si, a la hora de comprar un teléfono móvil con pantallas OLED, AMOLED o P-OLED, supiéramos cuánto costaría repararlo, podríamos pensarlo dos veces. A veces el precio es tan alto que renunciamos a la reparación y terminamos comprando un teléfono nuevo. Durante los períodos de garantía, si algo sale mal, preferimos que nos proporcionen un nuevo terminal en lugar de esperar a que lo reparen. Todo esto afecta la sostenibilidad del planeta y la forma en que consumimos los productos electrónicos. Desde hace tiempo se habla de un plan para limitar esta idea de productos «desechables», saber si realmente existe la obsolescencia programada y tener un único sistema de recarga que reduzca el número de cargadores a tener en casa. Finalmente esta semana con 395 votos a favor, 94 en contra y 207 abstenciones se aprobó la ley que apunta a mejorar todo esto.
A partir del año que viene empezaremos a encontrar cambios al menos en la forma de etiquetar algunos productos como lavadoras, portátiles, smartphone, televisores o cortadoras de césped. Con estas etiquetas conoceremos las posibilidades de que estos productos tengan que ser reparados, el coste que pueden tener y la posible vida útil de un dispositivo. Poco a poco queremos concienciar tanto a productores como a consumidores de que es necesario extender el uso de estos productos, que es posible repararlos y que el mercado de segunda mano, y por tanto su reutilización, es una realidad que de alguna manera comienza. para tener un impacto en la mejora de su huella de carbono. La ley elimina los obstáculos legales que permiten que un producto ingrese al mercado sabiendo que el fabricante no lo reparará y por lo tanto aplicará un cambio de producto en garantía.
La otra necesidad que se indica desde hace años es contar con un solo cargador, no solo para los teléfonos móviles que han adoptado el conector USB Clase C, sino que este es similar en los portátiles o cualquier dispositivo que necesite una fuente de alimentación en para que funcione. Lo primero que veremos es que los fabricantes dejarán de incluir un cargador con cada teléfono de serie en las cajas. En muchos hogares ya se está empezando a tener estos cargadores múltiples, donde con un solo enchufe podemos cargar el tableta, su teléfono móvil o varios dispositivos, todo con un solo cargador.
Si bien todo indica que será muy beneficioso para los consumidores que durante años han estado pidiendo una política común a todos los fabricantes que permita la reparación y la vida útil de un producto, los fabricantes ciertamente no lo verán así. En sus planes de producción y producción, conocen de antemano, estadísticamente, la cantidad de unidades que pueden fallar, que es la parte más sensible, y tienen un plan para reemplazar los dispositivos defectuosos por otros nuevos dentro del período de garantía. . A partir de ese momento, los fabricantes se lavan las manos y no piensan en posibles reparaciones. Lamentablemente, esta nueva ley establece un plazo para tener componentes y repuestos para reparaciones, lo que finalmente dará como resultado un aumento en este tipo de producto. Me da la idea de que esta será otra de esas leyes que no se pueden desarrollar plenamente debido a la realidad del mercado y los precios que un consumidor está dispuesto a asumir para satisfacer su deseo ecológico. A partir del 1 de enero, veremos si beneficia o perjudica a los usuarios.
@juandelaherran
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